miércoles, 6 de agosto de 2008

¿ES SEGURO SU PUENTE?

David se dio prisa para echar las últimas cargas de maíz en su carreta. Estaba por terminar la temporada de cosecha de ese año, una carga más y toda su cosecha estaría bajo techo. Sin embargo, unas nubes oscuras se cernían sobre los campos; podría llover en cualquier momento.

Para llegar al granero, David tendría que cruzar un barranco profundo que cruzaba de un lado al otro su finca. Sobre el barranco, él había construido un puente. Durante gran parte del año, no corría agua por el barranco, a excepción de unos cuantos días al año cuando llovía torrencialmente. El relieve del terreno colaboraba para canalizar toda el agua de los alrededores hacia el barranco y convertirlo así en un torrente embravecido.

Esa tarde, cuando David cruzo con su carreta, el puente se estremeció. Él sabia que el puente estaba en malas condiciones. Cada vez que lo cruzaba, recordaba su deseo de repararlo antes de que cediera bajo alguna de las cargas pesadas que cruzaban sobre él. Sin embargo, el día para repararlo nunca llegaba; seguía siendo para “mañana”. Esta vez, David supo que debía hacer algo, y decidió repararlo de inmediato. Trato de evaluar las reparaciones que serian necesarias, miro su reloj, y decidió descargar el maíz primero y después para reparar el puente.

David descargó el maíz. También hizo un par de trabajitos que aparecieron por aquí y por allá. Entonces pensó en el puente, pero le pareció demasiado tarde. Además, ya había empezado a llover.

“Mañana habrá tiempo”, fue su decisión final. “de todos modos, ya empezó a llover; será mejor que espere.”
Durante tres horas llovió a torrentes.

Mas tarde, después de la cena, sonó el teléfono y David contestó.
---Habla Hume---dijo una voz---. Estoy en Lincoln, y quisiera que usted viniera hoy para que lleguemos a algunos acuerdos finales en cuanto a la finca.

David trató de evitar el viaje, alegando que el camino estaba en muy mal estado debido a la lluvia. Pero no pudo evitarlo.
--Es imperativo que venga hoy ---insistió la voz---. Yo me voy en el tren de la medianoche y no puedo esperar hasta mañana.
---Está bien---respondió David. Y de inmediato se preparó para salir.
David estaba inseguro… No sabía si tomar el camino principal y más seguro o tomar el atajo por su finca, lo que permitiera ahorrarse unos ocho kilómetros. Por fin optó por el camino de la finca; con cadenas en las llantas de su vehiculo, lograría vencer el barro y las malas condiciones.

David empezó a cruzar la finca. Llegó al puente sobre el barranco. El agua casi alcanzaba el puente, pero David decidió seguir y confiar en el puente…

El señor Hume esperó en Lincoln hasta la medianoche, pero David nunca apareció. A la mañana siguiente, había un vehículo aplastado en el fondo del barranco. Atrapado entre los metales retorcidos se encontraba el cuerpo sin vida de David. El puente, su puente, no había resistido. “Mañana” nunca llegaría. David hubiera podido tomar el camino principal y todo habría salido bien, pero él optó por su propio puente y perdió la vida.

Amigo, ¿está usted haciendo lo mismo? Cuando usted vaya a encontrarse con Dios, ¿espera cruzar el abismo sobre su propio puente? Pero su puente no resistirá. Hay sólo un camino que es seguro. Jesús nos dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mi” (Juan 14:6).

Tal vez usted bien sepa que su puente de justicia propia está en mal estado, pero prefiere posponer la decisión de repararlo. Quizá está transcurriendo el tiempo y usted sigue pensando que mañana hará algo con ese puente. “Cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿que es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece” (Santiago 4:14). Haga los preparativos hoy mismo, por que mañana podría ser tarde.

Seleccionado de: John There sixteen.

CREA Y CONFIESE

“…Cerca de ti esta la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si CONFESARES con tu boca que Jesús es el Señor, y CREYERES en tu corazón que Dios se levantó de los muertos, serás SALVO. Por que con el corazón se CREE para justicia, pero con la boca se COFIESA para salvación”. (Romanos 10:8-10).
Nuestra fe en la Palabra de Dios es expresada con nuestro corazón (creer) y con nuestra boca (confesar). Si verdaderamente creemos en nuestro corazón que Dios levantó a Jesús de los muertos, no hay razón por la cual no querramos confesarlo como Señor. En el momento que creemos en nuestro corazón en Jesús y le confesamos como nuestro Señor y Salvador, nacemos de nuevo. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”
(Juan 1:12).

"ALEGRAOS ALEGRAOS"

El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tienen ningunas.
Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantaran alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán
.(Isaías 40:29-30-31).